El cerebro y nuestra audición

El cerebro es quien se encarga de traducir o procesar los impulsos sonoros que recibe nuestro oído. Pero el cerebro también discrimina los sonidos relevantes entre el ruido de fondo y aumenta el volumen de nuestro propia habla. 

El cerebro juega un papel importante en nuestra audición
Sonido y cerebro

Cuando escuchamos, las ondas sonoras viajan desde el oído externo, a través del oído medio hasta el oído interno ( cóclea ) , donde las vibraciones estimulan miles de diminutas células ciliadas. Las diminutas células ciliadas de nuestro oído interno envían señales eléctricas al nervio auditivo que está conectado al centro auditivo del cerebro, percibiendo los impulsos eléctricos como sonido. El cerebro traduce estos impulsos en sonidos que conocemos y entendemos. Las fibras del nervio auditivo son las que transmiten las señales enviadas desde la cóclea al cerebro. En el cerebro, numerosas estaciones repetidoras (grupos de neuronas) reciben las señales y las decodifican (sonido suave o fuerte, alto o bajo, su ubicación, etc.) para provocar una sensación o percepción consciente.

También, nuestro cerebro puede filtrar el ruido no deseado para que podamos concentrarnos en lo que estamos escuchando. Si bien, la audición humana es un proceso lleno de preguntas sin respuesta. ¿Cómo es que el cerebro traduce los sonidos (vibraciones que viajan por el aire) en patrones de actividad neuronal que reconocemos como el habla, la risa o los pasos de alguien que se acerca?

El procesamiento del sonido en la corteza cerebral auditiva ocurre en etapas, comienza con el análisis de características de bajo nivel, como el volumen y el tono. Ese procesamiento avanza poco a poco hacia características de un nivel superior, como la fuente de la producción de sonido (por ejemplo, si los sonidos son producidos por el habla) y la identidad de la persona o cosa que produce el sonido. Es así que nuestro cerebro empieza a asociar sonidos con fuentes sonoras.

En éste video veremos cómo el sonido viaja hasta el cerebro.

Fuente: https://www.nidcd.nih.gov/es/

 

 

En las pérdidas auditivas, el cerebro no recibe o recibe menos sonidos y en muchas ocasiones por ejemplo en las pérdidas profundas desde el nacimiento que el cerebro desconoce los mismos. En pérdidas no profundas no sabe que hacer u “olvida” qué hacer con ellos. Las investigaciones actuales han descubierto que cuando se produce una pérdida de audición, las áreas del cerebro que tienen que ver con los otros sentidos toman las áreas del cerebro que normalmente procesan la audición. Esto se llama reorganización cortical intermodal. Esencialmente, el cerebro intenta compensar la pérdida de la audición al volver a cablear sus conexiones. Y esto puede tener un efecto serio en la cognición.
Cuando se reduce la capacidad del cerebro para procesar el sonido, también afecta la capacidad de comprender el habla e incluso con una pérdida auditiva leve, las áreas auditivas del cerebro se debilitan. Con áreas de audición más débiles, las áreas que son necesarias para un pensamiento de alto nivel  compensarán estas áreas. Así que reemplazan y se hacen cargo de la audición en lugar de hacer su trabajo principal.
La buena noticia es que se puede hacer mucho al respecto. Las investigaciones han indicado que los audífonos e implantes cocleares pueden ayudar a prevenir o retardar el deterioro de las funciones cerebrales.

Problemas y pérdida de audición

Si bien sabemos que ambos lados del cerebro procesan el sonido, el lado izquierdo suele ser el responsable de comprender y producir el habla. Un daño cerebral puede afectar este proceso. Un derrame cerebral, por ejemplo, puede dañar la corteza auditiva izquierda. Alguien que sufre una lesión en esa área, particularmente en el área de Wernicke puede escuchar el habla pero ya no entender el significado.

La pérdida auditiva es un desafío frustrante para muchas personas, especialmente para los adultos mayores. Suele ocurrir cuando las células ciliadas, incapaces de regenerarse , mueren.

 

 

Su cerebro procesa e interpreta los sonidos que detectan sus oídos. Cuanto menos detalles de un sonido reciba el cerebro, más le costará interpretar dicho sonido.

Las personas con déficit auditivos, no logran la discriminación adecuada de los sonidos, no logran decir de dónde proviene el sonido y hacen un gran esfuerzo por entender. Cada vez se están haciendo

La ciencia moderna tiene cada vez más información sobre la audición y el procesamiento cerebral. La tecnología auditiva de hoy ofrece cada vez más beneficios para los oídos y el cerebro. Las personas que utilizan
estos modernos dispositivos como los auxiliares auditivos y/ o el implante coclear, se benefician enormemente en su escucha y tienen una mayor participación e integración social.

 

 

Ideal para compartir

CEPAL

Centro Especializado en Psicología Audición y Lenguaje