En la actualidad, el estudio del desarrollo de la esfera emocional de los niños con discapacidad auditiva está adquiriendo especial relevancia, debido a que se han logrado éxitos en el desarrollo de una teoría general de las emociones, en la determinación de la naturaleza y las causas de posibles alteraciones en el desarrollo emocional de los niños (G.M. Breslav, V.V. Lebedinsky) [2, 15]. El desarrollo teórico y el estudio de la esfera emocional de la personalidad de los niños con discapacidad auditiva en la psicología doméstica está asociado con autores como V. Petshak, B.D. Korsunskaya, O.Yu. Piskun, N.G. Morozova y otros [24, 25, 26, 19]. 

        Para hablar específicamente sobre la esfera emocional de un niño, es necesario comprender la definición del concepto, resaltar las funciones principales y también determinar el papel de las emociones en la vida de las personas. Una gran contribución al estudio de las emociones fue realizada por G.M. Braslav, K. Izard, P.V. Simonov y otros psicólogos. 

I. CONCEPTOS DE “ESFERA EMOCIONAL”, “EMOCIONES”

        Las emociones (del latín emoveo – tiemblo, excito) son un proceso mental de reflexión subjetiva de la actitud más general de una persona hacia los objetos y fenómenos de la realidad, hacia otras personas y hacia sí misma, correlacionando esto con la satisfacción o insatisfacción de sus necesidades, metas e intenciones [1,8]. 

        Las emociones humanas son muy personales y, por lo tanto, pueden considerarse subjetivas. Solo hay una manera de conocer las emociones que experimenta una persona, este método es muy simple, pero no siempre efectivo: preguntarle a la persona. La eficacia de este método es cuestionable, ya que la respuesta puede ser, en primer lugar, falsa si la persona quiere ocultar sus emociones, y en segundo lugar, interpretada incorrectamente desde el punto de vista de cada una de las partes. Las emociones son un fenómeno tan complejo que a veces incluso la persona que la experimenta no puede identificarla correctamente. Es más sencillo identificar la presencia o ausencia de emociones: es más fácil determinar si una persona está experimentando alguna emoción que diferenciarla si está presente. En este caso juegan un papel importante las manifestaciones externas de las emociones, que son mucho más fáciles de percibir. Las manifestaciones externas de las emociones incluyen [9]:

  • Expresiones faciales: movimientos de los músculos faciales o cambios en la expresión facial en respuesta a una acción o fenómeno,
  •  Pantomima – la posición del cuerpo en el espacio, un cambio de posición en respuesta a una acción o fenómeno,
  • “Mímica” vocal: cambios en el tono de voz, velocidad y volumen del habla en respuesta a una acción o fenómeno,
  • Reacciones vegetativas: reconocer estos signos es más difícil que los anteriores, ya que no son tan notorios, incluyen: cambios en la respiración, pulso, aumento,
  • Cambios bioquímicos en el cuerpo: estos signos son los más difíciles de determinar, ya que su presencia o ausencia inequívoca no se puede determinar de forma inequívoca “a simple vista”, por ejemplo, la liberación de adrenalina y glucosa en la sangre [33].

        La esfera emocional tiene una fuerte influencia en el desarrollo del niño, en la formación de sus puntos de vista y posiciones. En las primeras etapas del desarrollo de un niño, se forma su personalidad. La interacción de emociones y motivos conduce a la formación de la autoconciencia. Junto con el desarrollo físico, el niño acumula nuevas cualidades personales que le serán útiles en la vida posterior.
        Las emociones son estados como el miedo, la ira, etc. Las emociones de una persona afectan no sólo su psique, sino también las manifestaciones físicas que son visibles para quienes la rodean. Al experimentar emociones, una persona acumula su propia experiencia invaluable, que luego le sirve como ejemplo para resolver problemas similares que ya están ocurriendo.

II. CARACTERÍSTICAS PSICOLÓGICAS Y PEDAGÓGICAS DE LOS NIÑOS CON DISCAPACIDAD AUDITIVA

R. M. Boskis propuso tener en cuenta nuevos criterios en la clasificación de estos niños. Estos criterios tienen en cuenta aquellas características del desarrollo que sin duda están presentes en los niños con discapacidad auditiva[1]:

  •  Grado de pérdida auditiva;
  •  Momento de aparición de la pérdida auditiva;
  • Nivel de desarrollo del habla.

Teniendo en cuenta estos criterios, también se identifican determinados grupos de niños con discapacidad auditiva, concretamente tres grupos.

        Los primeros son los niños sordos (sordos precoces). Este grupo incluye a niños que nacieron con problemas de audición o que perdieron la audición antes de que comenzara el desarrollo del habla, y también incluye a niños que perdieron la audición en las primeras etapas del desarrollo del habla. Los niños de este grupo no tienen la oportunidad de percibir el habla de forma natural y dominarla de forma independiente. Esto sucede porque no tienen su propia experiencia de percibir y reproducir conscientemente el habla. Los niños con discapacidad auditiva de este grupo pueden dominar la lectura de labios y la percepción auditivo-visual del habla verbal con la ayuda de equipos de amplificación de sonido, pero esto solo es posible si se encuentran en condiciones de entrenamiento especial y adecuadamente estructurado.

        El segundo grupo son los niños con sordera tardía, “niños sordos que conservaron el habla”. En este grupo de niños se incluyen aquellos que perdieron la audición a una edad en la que ya se había formado el habla. Es decir, ya tienen su propia experiencia de percibir y reproducir el habla. El grado de discapacidad auditiva en este grupo puede variar. Además, el nivel de conservación del habla también puede variar, esto se debe al hecho de que con la pérdida auditiva, el habla comienza a desintegrarse gradualmente, pero esto ocurre en ausencia de apoyo pedagógico especial después de la pérdida auditiva. El pensamiento de estos niños tiene más en común con el desarrollo de los niños oyentes que con el de aquellos que quedan sordos desde temprana edad. El nivel de similitud en el desarrollo del pensamiento con las personas oyentes depende de la capacidad de expresar los pensamientos mediante generalizaciones verbales y, por tanto, de la conservación del vocabulario, ya que de éste se extrae el contenido de los pensamientos.

        El tercer grupo son los niños con pérdida auditiva parcial, es decir, con dificultades auditivas (sordos). El habla de estos niños depende del grado de conservación de la audición: algunos de ellos pueden dominar el habla por sí solos, pero tendrán una serie de deficiencias importantes. Si dicho niño domina el habla, entonces requiere corrección, que se lleva a cabo durante el proceso de aprendizaje. Dado que la gravedad de la discapacidad auditiva en los niños de este grupo puede variar, la importancia de la percepción visual del habla también tiene diferentes niveles. Cuanto más bajo sea el nivel auditivo del niño, más necesitará desarrollar la percepción visual del habla.

        Esta clasificación ayuda a diferenciar a los niños con discapacidad auditiva en grupos, en base a los cuales se determina la institución educativa necesaria para el niño, así como su ruta educativa individual. Es imposible decir con certeza que una misma institución educativa será adecuada para todos los niños del mismo grupo. Al enviar a un niño a un determinado tipo de escuela especial, es necesario tener en cuenta tanto el grado de discapacidad auditiva como el nivel de su desarrollo del habla. Así, en las escuelas para niños con discapacidad auditiva se pueden encontrar tanto niños con sordera tardía como niños sordos con un alto nivel de desarrollo del habla y habilidades desarrolladas para percibir el habla verbal oral [1].

        Por lo tanto, el desarrollo de los niños con discapacidad auditiva tiene sus propias características, que pueden conducir al desarrollo de desviaciones secundarias: al interactuar con estos niños, deben tenerse en cuenta. Una de estas desviaciones está asociada con el desarrollo del habla. El habla puede verse afectada o incluso desaparecer; este desarrollo puede dar lugar a toda una serie de otros trastornos que afectarán negativamente la vida del niño.

        La falta de información sobre el mundo que los rodea y sus características a menudo hace que los niños actúen de maneras que no coinciden con las normas sociales generalmente aceptadas, y las reacciones a los fenómenos ambientales se caracterizan por una mayor espontaneidad. A veces, debido a estas características de comportamiento de los niños con discapacidad auditiva, otros pueden asumir erróneamente que estos niños tienen retraso mental.

III. PROBLEMAS DEL DESARROLLO EMOCIONAL EN NIÑOS CON DISCAPACIDAD AUDITIVA

        Para una interacción plena y fructífera con niños con discapacidad auditiva, es necesario tener en cuenta las características de desarrollo que poseen. Este conocimiento también debe tenerse en cuenta en el trabajo correccional con estos niños. Son pocos los profesores y psicólogos que estudian este tema, pero lo están estudiando: las investigaciones de V. Petshak y P.G. han hecho una gran contribución a su desarrollo. Morozova [24, 19].

        Existen ciertos factores desfavorables que afectan el desarrollo de la esfera emocional de los niños con discapacidad auditiva. Estos factores incluyen [15]:

  • una violación de la comunicación verbal, que ocurre como un defecto secundario después de la pérdida de audición: este factor afecta la pobreza de la experiencia social del niño, que surge debido al aislamiento parcial de quienes lo rodean y pueden oír;
  • inaccesibilidad de la percepción del lado expresivo: es muy difícil para estos niños comprender las imágenes descritas en los poemas, ya que no tienen la experiencia de generalizar las características de diferentes objetos;
  • El retraso en el desarrollo del habla afecta en gran medida al conocimiento de la base emocional que el niño debe desarrollar a través de su propia experiencia; esto le impide comprender sus propias emociones y las emociones de las personas que lo rodean; esto se convierte en la causa de una comunicación primitiva.

        Los factores que influyen en el desarrollo de la esfera emocional de los niños con discapacidad auditiva no se limitan solo a los desfavorables, ya que en cualquier situación existen factores que tienen un efecto beneficioso. Estos factores incluyen [15]:

  • Los niños con discapacidad auditiva prestan gran atención al lado expresivo de las emociones,
  • Estos niños son capaces de dominar una amplia variedad de actividades,
  • Su proceso de comunicación está lleno de movimientos expresivos, gesticulación frecuente y activa, así como trabajo activo de los músculos faciales, lo que prácticamente no se encuentra en el estilo de comunicación de las personas oyentes.

        Existen algunas diferencias en el desarrollo de la esfera emocional de los niños con discapacidad auditiva respecto al mismo desarrollo en los niños con audición normal. Los niños con discapacidad auditiva a menudo confunden emociones similares y a veces ni siquiera las diferencian; esto se debe a que el vocabulario activo de estos niños es más pobre. La pobreza del vocabulario se debe a que los niños con discapacidad auditiva tienen limitaciones significativas en las formas de obtener información, mientras que para los niños con audición normal, la percepción auditiva es la principal fuente para reponer su vocabulario. Estas características del desarrollo de los niños con discapacidad auditiva conllevan toda una gama de trastornos variables que son bastante raros en niños con un desarrollo normal.

        Los escolares con discapacidad auditiva a menudo tienen problemas para comprender e interpretar los sentimientos de las personas que les rodean, a veces esto puede poner al interlocutor en una situación difícil, ya que un niño así no siempre es capaz de comprender con precisión a su interlocutor, lo que puede provocar malentendidos y, a veces, conflictos. Además, los niños en edad preescolar con discapacidad auditiva a menudo tienen dificultades para comprender la situación actual y los acontecimientos que la rodean. Esta situación de incomprensión tiene un fuerte impacto en el niño porque puede experimentar una sensación de incomodidad y estupor. Estos problemas afectan la formación de la autoestima del niño (a menudo se subestima), una fuerte dependencia de las opiniones y acciones de las personas que lo rodean y una incapacidad para evaluar el entorno que lo rodea.

        Los niños con discapacidad auditiva en edad preescolar y escolar tienen grandes dificultades para comprender las acciones humanas y sus motivos; esto surge debido a un conocimiento insuficiente de la realidad social. Estos niños imaginan soluciones a los problemas de forma más primitiva y piensan de forma más estrecha, sin considerar otras opciones posibles. Las razones de estas dificultades son la comunicación insuficiente, tanto con los adultos como entre niños, la incapacidad de aplicar la experiencia que ya tienen y el subdesarrollo del habla. Estas razones se vuelven más graves a medida que pasa el tiempo. Si no se cuida su eliminación a tiempo, entonces en una edad más madura este proceso requerirá mucho más tiempo y esfuerzo. A veces, los adultos que rodean al niño (padres y profesores) no son capaces de influir correctamente en su desarrollo personal, entonces es necesario buscar un especialista con más experiencia que pueda realizar un trabajo correctivo. En este caso, la estancia en un internado tendrá un impacto negativo en el desarrollo del niño, ya que sus actividades se verán limitadas, lo que puede llevar al desarrollo de privaciones en el niño (este fenómeno se tratará en la siguiente sección del capítulo).

        Los principales objetivos que un niño necesita alcanzar son la comunicación plena con sus compañeros y la capacidad de comprenderse a sí mismo. La comunicación es la principal vía de introducir al niño en la vida social, creando en él el hábito de estar en sociedad y comunicarse. Una de las tareas de los adultos es cultivar el interés por la comunicación y alentar los intentos de participar en ella. La capacidad del niño para comprenderse a sí mismo, su lugar en la sociedad y sus motivos de vida es importante no sólo para el propio niño, sino también para el entorno con el que interactuará.

Del pequeño número de estudios realizados sobre este tema, me gustaría considerar el estudio de V. Petshak, quien estudió el desarrollo emocional de los niños sordos. Su trabajo abordó los siguientes problemas interrelacionados [24].          El primer problema es determinar las características del desarrollo emocional y las relaciones afectivas en niños con discapacidad auditiva en edad preescolar y escolar, en función de las condiciones sociales en las que se cría y educa al niño (en casa, en el jardín de infancia, en la escuela o en el internado), así como en función de la conservación o deterioro de la audición en los padres.          El segundo problema es estudiar la capacidad de los niños sordos para comprender los estados emocionales de otra persona.  La capacidad de comprender las emociones de otras personas refleja el nivel de desarrollo emocional del niño y el grado en que es consciente de sus propios estados emocionales y de los de los demás. La comprensión de los estados emocionales de otra persona se ve facilitada por la percepción de sus manifestaciones externas en expresiones faciales, gestos, pantomimas, reacciones vocales y entonación del habla.          En los estudios psicológicos experimentales de V. Petshak se rastrearon las relaciones entre la naturaleza de la comunicación entre niños sordos y adultos y las manifestaciones emocionales de los niños; los investigadores también establecieron que la pobreza relativa de las manifestaciones emocionales en los niños sordos en edad preescolar se debe solo indirectamente a su defecto y depende directamente de la naturaleza de la comunicación emocional-efectiva y verbal con los adultos.


Otro estudio fue realizado por N. G. Morozova, quien investigó el desarrollo de los sentimientos morales en niños sordos en edad preescolar. El lado moral del comportamiento se manifiesta, en primer lugar, en el deseo de simpatizar, de compartir con los demás lo que les es querido, de hacer algo por los demás, de ayudarlos [19]. Este aspecto del comportamiento aparece claramente cuando se observan las relaciones entre niños en edad preescolar de diferentes grupos de edad.

        N. G. Morozova señala que los niños sordos pequeños tienen dificultades para comprender los deseos, intenciones y experiencias de sus compañeros debido a la comunicación verbal y lúdica limitada, así como a la incapacidad de escuchar y comprender la lectura de historias y cuentos de hadas. Sin embargo, la atracción mutua se expresa en intentos de acercarse, de acariciar la mano o la cabeza, de abrazar a un compañero querido, etc. Estos intentos, en la mayoría de los casos, no encuentran respuesta y se perciben como un obstáculo que restringe el movimiento; los niños ignoran a sus compañeros, sin percibir su comportamiento como una manifestación de simpatía.

        No hay duda de que la esfera emocional de un niño con discapacidad auditiva requiere una corrección adecuada. Es en este caso que el niño podrá adaptarse a la sociedad, integrarse plenamente en ella e interactuar con los demás. La influencia psicológica y pedagógica debe ser regular y eficaz, de lo contrario se pone en duda su significado. En la edad escolar primaria, los niños con discapacidad auditiva pueden presentar inmadurez emocional-volitiva, que se manifiesta en una mayor afectividad, imitación y sugestibilidad, pero las influencias psicológicas y pedagógicas pueden corregir este subdesarrollo.  

        El desarrollo de la esfera emocional de los estudiantes sordos puede retrasarse debido a la inaccesibilidad, o accesibilidad limitada, del lado expresivo del habla, de la música y a las grandes dificultades de familiarización.

al proceso de lectura de ficción. Por lo tanto, uno de los métodos para corregir la esfera emocional es introducir al niño en el componente creativo del mundo que lo rodea. Esto puede suceder de diversas formas, ya sea leyendo libros o dominando el proceso de escribirlos 25 ].

        El desarrollo insuficiente de la esfera emocional de los niños con discapacidad auditiva requiere una atención especial. Si la corrección se produce en una edad escolar posterior, debe basarse en la motivación del niño para el desarrollo, ya que sin el deseo de un niño de esta edad, promover su desarrollo será prácticamente infructuoso. Este proceso puede basarse en los siguientes fundamentos [24]: 

  • Desarrollar en el niño la capacidad de ver perspectivas de desarrollo, que posteriormente podrá trasladar de manera similar a su propia vida,
  • la formación de la estabilidad emocional a través de la socialización en la sociedad,
  • la capacidad de determinar de forma independiente el propósito de la vida y los motivos de las acciones,
  • estímulo para participar en actividades sociales necesarias para adquirir experiencia.

        Por lo tanto, podemos concluir que los problemas con el desarrollo de la esfera emocional en los niños con discapacidad auditiva no surgen sin razón, a esto contribuyen factores internos y externos. Sin embargo, la mayoría de los problemas se pueden corregir si se hace correctamente.

        Dado que la influencia psicológica y pedagógica debe ser integral, el trabajo con el niño debe ser realizado no solo por un maestro experimentado, sino también por los padres. Esta necesidad se debe a la cantidad de tiempo que el niño pasa en una institución educativa: es muy poco, por lo tanto, en ausencia de influencia bilateral, la corrección puede llevar mucho más tiempo.

        Las investigaciones muestran que durante la edad preescolar y escolar se producen cambios en el desarrollo de la esfera emocional de los niños con discapacidad auditiva: dominan muchos conceptos relacionados con las emociones y los sentimientos sociales superiores, reconocen mejor las emociones por su expresión externa y descripción verbal y determinan correctamente las razones que las provocan. Esto ocurre en gran medida como resultado del desarrollo de la esfera cognitiva: memoria, habla, pensamiento verbal-lógico, así como debido al enriquecimiento de su experiencia de vida, aumentando la capacidad de comprenderla.

        Así pues, la esfera emocional de los niños con discapacidad auditiva tiene, sin duda, sus propias características. Basándose en algunos aspectos del desarrollo de estos niños, se puede concluir que el desarrollo de la esfera emocional en los niños con discapacidad auditiva es significativamente menor que en los niños con un desarrollo normal. Sin embargo, este fenómeno no se observa en todas las manifestaciones, sino en la mayoría.

        Las alteraciones más significativas que se presentan en los niños con discapacidad auditiva son: información limitada sobre las emociones y su interpretación incorrecta, dificultades en el uso de medios emocionalmente expresivos del lenguaje, dificultades en la interpretación de situaciones del mundo circundante, problemas para establecer relaciones de causa y efecto en el surgimiento de las emociones en una persona.

        A cualquier edad, un niño necesita trabajar en el desarrollo de su esfera emocional, ya que la socialización en la sociedad se origina precisamente en la interacción emocional de las personas; el trabajo sobre conceptos morales y éticos requiere una atención especial. Para facilitar la comprensión e interpretación de las emociones, es necesario prestar atención a las designaciones verbales de los estados emocionales; el desarrollo de este conocimiento ampliará el vocabulario activo del niño. Introducir deliberadamente a un niño a las normas socialmente aceptadas le ayudará a construir relaciones de causa y efecto que antes no había notado.

        Todo trabajo con un niño debe ser regular y efectivo, de lo contrario se pierde su significado. La influencia sobre el niño no debe venir sólo del maestro, sino también de los padres. Establecer contacto con el niño e interactuar con él es el primer signo de un trabajo pedagógico y psicológico exitoso.

 

Compilado por : Konashenko K. I.   1922

 

 

 

 

 

Referencias

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