
El arte de envejecer es el arte de conservar alguna esperanza.
André Maurois, novelista y ensayista francés (1885-1967)
El período de transición entre la edad adulta y la vejez está caracterizado por la des-aceleración de las funciones básicas, las manifestaciones del envejecimiento físico y mental son más rápidas y más pronunciadas, el hombre se retira , las funciones fisiológicas muestran signos crecientes de envejecimiento, particularmente en la función de las glándulas endocrinas; se presenta pérdida de cabello y canas, endurecimiento vascular, debilitamiento muscular, osteoporosis, sequedad de la piel, el umbral de sensibilidad disminuye; termina el período reproductivo, comienza el climaterio, que afecta la psique de las personas, las habilidades racionales están en un alto nivel, pero la actividad de pensamiento ya no es tan rápida, flexible e inventiva, la memoria empieza a disminuir, el aprendizaje se ralentiza; el razonamiento es más realista, más objetivo; las experiencias de la vida crean un nuevo rasgo de personalidad: la sabiduría; las personas son más tolerantes, entienden mejor las opiniones de los demás, son más indulgentes , la satisfacción general también se manifiesta en la vida emocional, es un período de cierto cumplimiento de la vida, cumplimiento de tareas de la vida y al mismo tiempo una evaluación de cómo una persona cumplió los objetivos establecidos.
Características generales
La vejez es el último período en el ciclo de vida de una persona, que termina en la muerte. El resultado de los cambios evolutivos es el crecimiento y la mejora del organismo y la psique, pero los cambios involuntarios provocan la extinción, la pérdida de la fuerza física y las habilidades mentales. Con la edad avanzada, los cambios involuntarios se vuelven más pronunciados, ya son marcados en la vejez.
Las ciencias, que se ocupan de manera integral de los problemas del envejecimiento, se llaman gerontología y geriatría. La Geriatría resuelve los problemas de salud de los ancianos en el área hospitalaria y en la comunidad; sin embargo, la Gerontología estudia los aspectos psicológicos, educativos, sociales, económicos y demográficos de la tercera edad. Es parte de la psicología ontogenética, al igual que la psicología de un niño, un adolescente y un adulto.
El envejecimiento no es solo una disminución (tejidos, células), sino también la aparición de nuevas propiedades. Estos incluyen, en particular, las capacidades adaptativas y compensatorias por las cuales el cuerpo reemplaza automáticamente las disminuciones o defectos causados por el envejecimiento.
El envejecimiento es un fenómeno complejo, debido a muchos factores. Los más importantes son: agentes biológicos, ecológicos y sociales.
El envejecimiento es un proceso lento y continuo, durante el cual ocurren cambios en el cuerpo y la psique. Su curso es desigual y el individuo varía mucho.
Algunas estadísticas relacionadas con el adulto mayor
La mayoría de los adultos mayores tienen al menos una afección crónica, y en un menor porcentaje tiene dos o más.
Cuatro afecciones crónicas (enfermedad cardíaca, cáncer, accidente cerebro-vascular y diabetes) causan casi dos tercios de todas las muertes entre las personas mayores de 65 años cada año.
La discapacidad auditiva entre los adultos mayores suele ser leve o moderada, pero está muy extendida; casi el 25 por ciento de los adultos de 65 a 74 años y el 50 por ciento de 75 años o más tienen una discapacidad auditiva que a menudo es aislante.
Los cambios visuales entre los adultos mayores provocan problemas tales como una velocidad de lectura más lenta y dificultades para leer letras pequeñas y con poca luz, así como dificultades para conducir de noche.
La proporción de adultos mayores que necesitan asistencia con las actividades cotidianas aumenta con la edad. Menos de una quinta parte de los adultos mayores de entre 65 y 74 años necesitan ayuda con las actividades de la vida diaria, como bañarse o comer. Esto aumenta al 40 por ciento de los hombres y al 53 por ciento de las mujeres mayores de 85 años que necesitan dicha asistencia.
Los adultos mayores son capaces de aprender nuevas habilidades incluso más tarde en la vida, aunque el aprendizaje puede llevar más tiempo que para los adultos más jóvenes.
La memoria a corto plazo muestra cambios notables con la edad, pero la memoria a largo plazo disminuye menos con la edad.
Algunos cambios en la cognición son normales con la edad, como tiempos de reacción más lentos y capacidades reducidas para resolver problemas. La velocidad con la que se codifica, almacena y recupera la información también disminuye a medida que envejecemos. Sin embargo, muchos adultos mayores superan a sus contrapartes más jóvenes en las pruebas de inteligencia que se basan en el conocimiento y la experiencia acumulados.
La sabiduría y la creatividad a menudo continúan hasta el final de la vida.
Los rasgos de personalidad permanecen relativamente estables en el tiempo. Por ejemplo, las personas que fueron extrovertidas durante la edad adulta joven probablemente serán extrovertidas en la edad adulta.
La mayoría de los adultos mayores reportan buena salud mental y tienen menos problemas de salud mental que otros grupos de edad. Sin embargo, uno de cada cuatro adultos mayores experimenta un problema de salud mental como depresión, ansiedad, esquizofrenia o demencia.
La tasa de suicidios en hombres mayores de 85 años es más alta que la de cualquier otro grupo de edad.
Se espera que el número de adultos mayores con problemas de abuso de sustancias se duplique a cinco millones para 2020.
En 2010, en uno de cada cuatro hogares vivía una persona mayor de 60 años. Además, poco más de una quinta parte de los hogares mexicanos los tenía como jefe o jefa a una persona adulta mayor.
Alrededor de 9.5% de las personas de 60 años y más habla alguna lengua indígena, de las cuales cerca de una quinta parte son monolingües, lo que puede significar una forma de aislamiento del resto de la población y, por tanto, de desventaja: un 28.2% de las mujeres y 15.3% de los hombres hablantes de lenguas indígenas son monolingües.
El nivel educativo de las personas adultas mayores aún es bajo, en gran parte porque la expansión del sistema educativo no benefició a esas generaciones, esto poco a poco está disminuyendo, pero para cuando nuestros jóvenes lleguen a la edad adulta es probable que los niveles nuevamente disminuyan si en la actualidad no se cuida dicha situación.
En México, una tercera parte de la población adulta mayor trabaja para el mercado laboral, con marcadas diferencias entre mujeres y hombres, 19.4% de ellas y 50.8% de ellos. La participación en actividades económicas se reduce conforme aumenta la edad, sin embargo, se observa que dos de cada diez hombres adultos mayores de 80 años y más, continúan económicamente activos, lo mismo que 4.7% de las mujeres de esas edades.
Los principales grupos de ocupación en los que participan las personas adultas mayores que trabajan en el mercado laboral son: en el comercio, en servicios personales, industria, artesanía y ayudantía, así como en el área agropecuaria. La participación es considerablemente baja en otros grupos de ocupación más relacionados con el “trabajo formal”, como trabajadores y trabajadoras de la educación o funcionarias y funcionarios y en áreas de dirección.
Las mujeres adultas mayores padecen más enfermedades incapacitantes y por más largo tiempo que los hombres: 3 de cada 10 tiene dificultad para realizar alguna tarea de la vida diaria como comer, bañarse, caminar, preparar o comprar alimentos, frente a 2 de cada 10 hombres.
La geriatría es una rama de la medicina que no se ha extendido lo suficiente como para cubrir las necesidades de la población adulta mayor en nuestro país, y es considerablemente mayor el número de mujeres que de hombres que requieren de cuidado. Hay que resaltar que más de medio millón de personas adultas mayores requieren de cuidados continuos debido a una limitación física o mental.
La demencia (incluida la enfermedad de Alzheimer, el tipo más común de demencia) no es una parte normal del envejecimiento. Aproximadamente el 5 por ciento de las personas entre 71 y 79 y el 37 por ciento de la población mayor de 90 años se ven afectadas.
Por diversas circunstancias, pero en particular, por la falta de acceso a servicios médicos y otros servicios de atención a personas adultas mayores, su cuidado recae principalmente en las familias, lo cual representa un trabajo adicional para los integrantes del hogar y puede incidir en su bienestar físico y emocional. Los datos muestran una mayor presencia de mujeres cuidadoras que de hombres cuidadores; de personas adultas jóvenes, con bajos niveles de escolaridad y presencia importante de población no económicamente activa.
Se observa una importante participación de 93.3% de la población adulta mayor en el trabajo no remunerado. Entre las mujeres, la mayor tasa se observa en la preparación y servicio de alimentos (87.5% de ellas lo hacen). Entre los hombres, la administración del hogar (61.7%) presenta la mayor tasa de participación.
Es recomendable trabajar en políticas de sensibilización y de prevención que den elementos para una mejor comprensión de las medidas que deben tomarse en torno al cuidado de la salud, ahorro para el retiro, etc., para vivir con dignidad y bienestar la última etapa de la vida de todas las personas. Al tiempo que el Estado garantice el acceso a servicios de salud, sistemas de jubilación y pensión y otros servicios de infraestructura para la atención y el cuidado de las personas adultas mayores. Las políticas de empleo deben considerar a la población adulta mayor, debido a que muchas personas de edad avanzada siguen realizando actividades para el mercado laboral remunerado, por diversas causas, entre las que destaca la baja cobertura en pensiones y jubilaciones. Las personas adultas mayores también merecen un trabajo digno y condiciones laborales que les permitan tener autonomía económica.
A medida que envejecen, las personas generalmente están más satisfechas con sus vidas y más optimistas sobre el envejecimiento.
Estadística
Fuente: http://cedoc.inmujeres.gob.mx/