Las habilidades de la función ejecutiva nos ayudan a gestionar los flujos constantes de información que pasan por nuestro cerebro para que podamos concentrarnos, planificar, realizar tareas, controlar los impulsos y gestionar las emociones. 

Las habilidades de la función ejecutiva y las habilidades lingüísticas están inextricablemente vinculadas. Para comprender el idioma, comunicarnos e interactuar socialmente con éxito, confiamos en las habilidades ejecutivas para que nos ayuden en estas áreas clave:

Iniciación de tareas: la capacidad de iniciar una tarea de comunicación, como una conversación o un proyecto colaborativo.

Pensamiento flexible: la capacidad de permanecer abierto a otros puntos de vista al jugar o colaborar, y comprender el significado implícito al leer o escuchar a alguien.

Planificación, priorización y organización: esto nos ayuda a comunicarnos (ya sea teniendo una conversación, escribiendo una historia o incluso dibujando) de una manera clara y fácil de seguir.

Autocontrol: La capacidad de prestar atención a nuestro comportamiento y modificarlo cuando sea necesario.

Regulación emocional: la capacidad de mantener nuestras emociones dentro de los límites de las expectativas sociales.

Control de impulsos: La capacidad de controlar nuestro comportamiento para respetar el espacio personal y evitar conductas como interrumpir.

Memoria de trabajo: nos permite retener información en la mente mientras nos comunicamos, leemos o interactuamos. Por ejemplo, cuando mantenemos una conversación la utilizamos para seguir lo que dice la otra persona y recordar lo que queremos decir mientras esperamos nuestro turno para hablar.

El vínculo entre las habilidades de la función ejecutiva y el lenguaje

A continuación se muestran algunos ejemplos de cómo las habilidades de la función ejecutiva y las habilidades lingüísticas se vinculan:

Comprensión del lenguaje (lenguaje receptivo)

Para comprender lo que escucha o lee, un niño necesita mantener la atención mientras filtra las distracciones y utiliza la memoria de trabajo para retener la información importante. El pensamiento flexible lo ayuda a hacer inferencias y predicciones, así como a utilizar el contexto para determinar el significado de palabras desconocidas. El autocontrol le permite mantenerse concentrado y asegurarse de que comprende lo que está escuchando o leyendo. Cuando tiene dificultades con estas habilidades de las funciones ejecutivas, puede tener dificultades con tareas como seguir instrucciones, comprender la lectura y seguir o participar en una conversación.

Comunicarse (Lenguaje expresivo)

Tareas como volver a contar una historia o completar un informe de un libro dependen de las habilidades de las funciones ejecutivas. Un niño necesita usar la planificación, la priorización y la memoria de trabajo para comunicar la información de manera organizada. El autocontrol lo ayuda a mantenerse centrado y a cambiar de marcha si se da cuenta de que no se está comunicando de manera efectiva. Los niños que tienen dificultades con las habilidades de las funciones ejecutivas pueden tener problemas para volver a contar eventos o completar proyectos de manera secuencial, clara y atractiva.

Interacción social (lenguaje pragmático)

El autocontrol, la regulación emocional y el control de los impulsos ayudan al niño a ajustar su comportamiento según la situación (tranquilo en la biblioteca, activo en el parque, no reacciona exageradamente ante la pérdida de un juego), a entender cuándo sus acciones molestan a los demás y a colaborar y cooperar con éxito con los demás durante el juego o en la escuela. El pensamiento flexible le permite ver las cosas desde la perspectiva de los demás y sentirse abierto a otros puntos de vista. La memoria de trabajo le ayuda a participar en conversaciones y actividades. Los niños que tienen dificultades con las habilidades de FE pueden parecer emocionalmente reactivos, ignorar el espacio personal, hablar “sin filtro” o tener dificultades para mantener una conversación.

Comprender las capacidades de la función ejecutiva de un niño ayuda a los padres, a los terapeutas del habla y el lenguaje y a otros profesionales a desarrollar estrategias efectivas para ayudar al niño a tener el mejor éxito posible en el hogar, en la escuela y en el mundo social.

 

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CEPAL

Centro Especializado en Psicología Audición y Lenguaje