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  • Publicación de la entrada:mayo 21, 2019
  • Categoría de la entrada:Artículo / Recursos

 

 

La dificultad más común a la que nos enfrentamos cuando se presentan los problemas de aprendizaje o los retrasos en el desarrollo del niño es cuando los padres o maestros no los notan o no se tratan.

A menudo, se juntan muchos factores que no son reconocidos, lo que hace que el niño se vea envuelto en un torbellino de dificultades de aprendizaje, dificultad para concentrarse y problemas de comportamiento. Romper con este círculo vicioso no siempre es una tarea fácil que debería resultar en una estructura de aprendizaje positiva en la que el niño pueda desempeñarse adecuadamente.

¿Qué son los trastornos del aprendizaje?

Los trastornos de aprendizaje son déficit  en áreas como la lectura, la escritura o las matemáticas. La capacidad del niño no le permite tener éxito en áreas académicas específicas y se encuentra  por debajo de lo que se espera para la edad cronológica, para su nivel educativo o grado escolar y su nivel de inteligencia. La dificultad experimentada por el niño es suficientemente severa para interferir con el éxito académico o con las actividades normales de la vida diaria apropiadas a su edad. Cerca del 10 % de niños en las escuelas son diagnosticados con dificultades de aprendizaje específicas y solo algunos reciben alguna clase de apoyo.

Los trastornos de aprendizaje más comunes son:

  • Dislexia : Alteración de la capacidad de leer por la que se confunden o se altera el orden de letras, sílabas o palabras.
  • Discalculia: Dificultad para aprender los principios del cálculo originada por algún problema que dificulta el uso del sistema simbólico.
  • Disgrafía: es un trastorno del aprendizaje que dificulta la coordinación de los músculos de la mano y el brazo, lo que impide a los niños afectados dominar y dirigir algún instrumento de escritura (lápiz, bolígrafo, rotulador…) de manera adecuada para escribir de forma legible y ordenada. Por lo tanto, puede definirse como un trastorno específico de la escritura.
  • Trastorno de aprendizaje no verbal: disfunción específica en las habilidades motrices, de coordinación, viso espaciales/viso constructivas y  problemas viso espaciales e incapacidad para comprender el significado del contexto social y de la comunicación no verbal (gesticulación, expresiones faciales, caricias…), a pesar de tener habilidades verbales y una inteligencia dentro de la normalidad
  • Hiperlexia: Se caracteriza por una intensa fascinación por las letras o los números y tener una capacidad de lectura avanzada. Los niños hiperléxicos leen a niveles muy superiores que los niños de su misma edad y a menudo empiezan a leer a muy temprana edad, a veces desde los dos años.

Concomitantes del trastorno del aprendizaje

Se presentan tres puntos importantes en los niños con trastornos del aprendizaje: un clima negativo (en la escuela y en el hogar), una autoestima negativa que se va incrementando a medida que el problema se intensifica y un desempeño deficiente que propicia en muchas ocasiones problemas de conducta. Un niño que sufre de un trastorno de aprendizaje por lo general solo recibe malas notas y quejas de parte de los maestros y los padres, muchas veces queda expuesto a la burla de sus compañeros de clase. Si los padres y los maestros intervienen en esta etapa temprana, se puede evitar que el déficit  se incremente. Empeora si no se reconoce el problema. Especialmente cuando los maestros y los padres comienzan a sobrecargar al niño con acusaciones y etiquetas de que son “perezosos, flojos, incompetentes o estúpidos”. El niño comienza a creerse estas acusaciones y empieza a dudar de sí mismo. El resultado son los reproches como “Nunca puedo” “ No sé” y en los más grandes “Soy un fracaso”. Este comportamiento generalmente es seguido por los llamados síntomas secundarios: el comportamiento de evitación y las reacciones de defensa son particularmente comunes así como la ansiedad. Esto significa que el niño desarrolla bloqueos, empieza a presentar ausentismo, se vuelve agresivo, irritable, o en caso contrario desconfiado y retraído, creando más problemas aunados al trastorno del aprendizaje.

Cómo intervenir en los trastornos del aprendizaje

 

 

Para evitar que estos trastornos se presenten, se debe trabajar en conjunto con el niño y dirigirnos en la misma dirección. Por supuesto, esto no siempre es fácil, pero si se actúa tempranamente, podremos intervenir más efectivamente. Es útil apoyar el desarrollo del niño dentro del grupo, propiciando el desarrollo de las fortalezas personales y subdividir las tareas en secciones más pequeñas, para que haya más experiencias exitosas.

Los padres también adquieren desafíos específicos cuando trata de ofrecer a su propio hijo una manera de salir de estas dificultades en el aprendizaje. Es importante adaptar las expectativas a las habilidades del niño. Para esto puede ser útil aprovechar conocer previamente los programas escolares. Además, es muy importante apoyar, supervisando al niño en cada actividad y organizar la búsqueda de asesoría cuando sea necesario. Al mismo tiempo, el niño debe ser consciente de que la vida escolar y los problemas asociados con ella son de interés de todos en casa y escuela. La escucha y el asesoramiento son dos aspectos que no deben subestimarse.

Con el fin de superar los trastornos de aprendizaje de manera efectiva y a largo plazo, es necesario discutir el procedimiento con los maestros del niño ya que ellos tienen la oportunidad de dirigirse directamente a sus alumnos. Pueden destacar los éxitos y apoyar motivaciones o intereses especiales.

También puede ser útil buscar la ayuda de un terapeuta del aprendizaje, pedagogo o psicólogo.

 

Si todas estas medidas se coordinan entre los involucrados, se puede crear un clima de aprendizaje positivo en el que el niño se sienta cómodo y listo para participar. . .

 

 

 

 

 

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