¿Qué es un objeto de transición?

Los objetos de apego o de transición son posesiones elegidas por los niños que le ofrecen seguridad y comodidad  suelen ser artículos suaves y abrazables, como ositos de peluche, mantas, o cualquier muñeco abrazable y que se utilizan para calmar durante una fase de transición. Fundamentalmente, estos objetos son un sistema de apoyo emocional que pueden ofrecer mucha tranquilidad a un niño que enfrenta ansiedad por separación o una circunstancia incierta, por ejemplo al asistir a la guardería o al preescolar por primera vez, dormir en una cama nueva o conocer a una nueva niñera son escenarios comunes que pueden requerir que este objeto de transición esté cerca. 

Muchos bebés se encariñan con determinados objetos, hasta tal punto que nunca quieren separarse de ellos. Se habla entonces de objeto de apego, u objetos transicionales. 

¿Por qué son tan importantes para ellos? ¿Y qué debemos hacer los padres frente a esta conducta?

  • Comunican su afecto.
  • Alivian la ansiedad por separación.
  • Ayudan a la regulación emocional.
  • Proporcionan la seguridad necesaria para explorar y crecer.

Los objetos de transición son posesiones elegidas  y que a menudo son artículos que se pueden abrazar, tocar o acariciar , como animales de peluche o mantas, que ofrecen apoyo emocional a un niño.  Estos objetos ofrecen mucha tranquilidad a un niño que enfrenta ansiedad por separación o circunstancias inciertas. Su hijo puede elegir un objeto de transición entre los 4 y los 6 meses o entre los 24 y los 36 meses.  Nunca se recomienda usar un objeto de transición como castigo, como quitárselo cuando un niño se porta mal. Pueden fomentar el uso de un objeto de transición colocándolo junto a su hijo cuando se sienta ansioso.

Los padres y/o cuidadores comúnmente comparten muchas dudas cuando se trata de objetos de transición como:  ¿Por qué mi hijo eligió este objeto? ¿Es saludable su apego a este objeto? ¿Qué pasa si no puede llevarlo con él  ? Y por supuesto, ¿está bien lavarlo ?  Además de mordisquear ocasionalmente una manta sucia, ¡los objetos de transición deberían ser bastante saludables!

Echemos un vistazo a su papel en el desarrollo infantil temprano. La mayor parte de los bebés comienza a desarrollar este apego por un juguete cerca de los 8 meses, con la angustia de separación. Sin embargo, algunos bebés comienzan más temprano, desde los 3 o 4 meses, por ejemplo cuando se les ofrece el chupete o chupón. Alrededor de los 2 años, los niños se muestran más apegados que nunca a ellos y quieren llevarlos consigo a todas partes: a la guardería, de paseo, a casa de los abuelitos… ¡olvidarlos en casa puede ser todo un drama! Hacia los 3 o 4 años, van dependiendo menos de ellos, reservándolos para ocasiones especiales, como el nacimiento de un hermanito. Y seguramente, poco después el juguete de apego quede guardado como un valioso tesoro de la infancia.

La edad en que dejan de usar estos objetos varía según la situación familiar, el temperamento del niño, la experiencia. Odiaría comenzar a establecer edades y decir: ‘Más allá de esto, es anormal’”

¿Qué hacer y qué no hacer con los objetos de apego?

Se sugiere lo siguiente:

  • Debemos respetar estos períodos de apego: comprender que para tu hijo son valiosos e importantes. Si el bebé quiere llevarlo consigo siempre, deja que lo haga. Normalmente no son los padres los que eligen el objeto de apego, sino que es el mismo bebé  quien decide a qué apegarse. 
  • Sería magnífico que todas las guarderías y preescolares permitieran que todos los niños trajeran artículos personales desde su casa. Desafortunadamente, ese no es siempre el caso. Si no se le permite tener su peluche en la escuela, llévelo con usted en el auto. Comience un ritual en el que el niño aprenda a despedirse de él y prométale que volverá a verle cuando salga. También ayude a explicarles cómo en diferentes lugares se tienen diferentes reglas.
  • Establece límites amorosos. Resérvalo para uso solo en casa. 
  • Mantenlo limpio. Es más fácil hacerlo si comienza desde las primeras etapas del desarrollo de su bebé: lave el objeto con frecuencia, antes de que se apegue tanto a su olor como a su vista y tacto. Pero si no lo has logrado entonces en lo posible evita lavar los objetos , ya que su olor especial se vuelve parte del vínculo que el bebé tiene con ellos: lo ha mordido, babeado, lo conserva junto a su cuerpecito.
  • Guardar un repuesto. Se volverá difícil reemplazarlo: de nada sirve comprar un oso igual cuando tu hijo ama a ese oso, más allá de que esté sucio y le falte una oreja. Pero si desde que empiezas a notar que se ha comenzado a apegar en él, invierte en un duplicado para mantenerlo en reserva; cámbialo por el original cada vez que necesites lavar uno para que se desgaste uniformemente.  Además, ahora tienes una copia de seguridad en caso de que suceda lo impensable.

En cualquier caso, todas estas conductas son absolutamente normales y forman parte del correcto desarrollo psíquico del niño.

 

 

Recuerde que un objeto de transición invitará a un niño a expresarse, conectarse y desarrollarse  emocionalmente.

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CEPAL

Centro Especializado en Psicología Audición y Lenguaje